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Posparto: entender todos tus cambios

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Después del gran esfuerzo físico y psicológico que supone un parto, con un gasto energético de entre 50 a 110 kcal/hora, si la duración media del proceso son unas 12 horas… ¡Cuantísimo agotamiento sufren las mujeres para traer a sus bebés al mundo!

Dar vida es agotador. Por eso se deben brindar cuidados basados en la seguridad y el bienestar, de forma intensiva, a la nueva madre. Históricamente, las mujeres han recibido atención y apoyo de otras mujeres durante el trabajo de parto. Sin embargo, en los hospitales de todo el mundo, el apoyo continuo durante el trabajo de parto se ha convertido a menudo en la excepción, y no en la regla.

Al estar en un entorno hospitalario, existe más tendencia a la medicalización y al control más estricto de un proceso tan natural como es parir. Las mujeres pueden estar acompañadas, eso por supuesto, pero no por todas sus mujeres de referencia (madres, hermanas o amigas), a lo largo de su vida, sino más bien por un único acompañante, que suele ser su pareja.

La familia recién creada, pasará momentos de adaptación. El primer contacto con el bebé suele tener lugar en la sala de partos o si se finaliza en cesárea, en quirófano. El ingreso tiene una duración media de unas 24-48 horas en partos vaginales, prolongándose hasta las 72 horas en caso de cesárea.

 
 

Qué es el posparto o puerperio

¿Qué va a suceder en el posparto inmediato? ¿Qué se valora a nivel hospitalario? ¿Cuáles son los motivos de consulta urgente? Vamos a clarificar una serie de conceptos clave, para así, poder entender los cambios del organismo femenino tras dar a luz.

El puerperio o también llamado posparto se ha dividido clásicamente es 3 fases:

  • Puerperio inmediato: primeras 24 horas.
  • Puerperio precoz o clínico: primera semana posparto.
  • Puerperio tardío: hasta los 40-45 días, tras el nacimiento del bebé (retorno de la menstruación). La tradicional “cuarentena”.

Durante estos 40 días, de manera constante se produce una involución de todos los órganos y sistemas que semanas antes estaban encargándose de hacer crecer al feto, proveyéndole de alimento. El cuerpo de la muje se adapta, de una forma asombrosa, a todos los cambios que requería el embarazo, así como la simultánea evolución de los órganos encargados de la alimentación al recién nacido, las mamas.

Un cuerpo femenino, que durante 40 semanas ha estado modificándose día tras día, tendrá que involucionar, volver al origen, en un tiempo record, y esto es lo fisiológico.

La primera semana posparto es crucial. Es cuando más cambios vamos a encontrar a todos los niveles:

PÉRDIDA DE PESO Y VOLUMEN. En primer lugar, va a haber una gran pérdida de peso, alrededor de unos 5 kg. El líquido amniótico, la placenta, sumado al tamaño del feto, además de la retención de líquidos sufrida en el último trimestre de embarazo, hacen que la mujer, aproximadamente a los 6 meses del parto, recupere el peso de antes de quedarse embarazada.

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CAMBIOS GENITALES. El tamaño del útero llega a aumentar entre 30-40 veces durante la gestación. En el puerperio se reduce nuevamente, pero de forma progresiva, mediante un mecanismo denominado involución uterina.

Durante la primera semana, disminuirá su tamaño, descenderá en peso y volumen quedando a la altura del pubis. Durante los 3 primeros días posparto, se producirán contracciones uterinas, llamadas entuertos, que ayudarán a que vaya descendiendo el útero dentro de la pelvis. Se regenerará el endometrio y se producirá una secreción posparto que irá cambiando de color. Este sangrado tiene el nombre de loquios:

  • Rojos: 2-3 días
  • Serosos o rosados: durante la primera y segunda semana.
  • Blancos: a partir de la tercera semana.

La vulva, vagina y cuello del útero procederán a su cicatrización. En lo que respecta al cuello del útero, este recupera sus dimensiones normales un mes después del parto. La vagina lo hace a los diez días. La cicatrización perineal será variable si es un desgarro o una episiotomía, pero lo más importante será que no haya signos de infección, asegurando un correcto secado de la herida.

CAMBIOS CIRCULATORIOS. Durante el embarazo, se aumenta el volumen de sangre circulante, de forma fisiológica, preparando al organismo de la mujer para la pérdida de sangre del parto. El volumen se normaliza en torno a las 3 semanas posparto. Es frecuente el descenso de la frecuencia cardiaca y el leve aumento de la tensión arterial para luego normalizarse.

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CAMBIOS GASTROINTESTINALES Y URINARIOS. Es común el estreñimiento y siempre habrá que evitarlo con movilización precoz y abundantes líquidos vía oral con dieta rica en fibra. Si, aún así es insuficiente, se proporcionarán laxantes o enemas. A nivel urinario, la vejiga puede quedar sin tono durante unas semanas, provocando sobredistensión vesical. El volumen de orina eliminado en los primeros días posparto, puede alcanzar hasta los 3 litros diarios.

CAMBIOS MAMARIOS. Se empieza a preparar en las últimas semanas de la gestación, para la alimentación al recién nacido. La subida de leche tiene lugar en los 3-4 días tras el parto. Se puede provocar una ligera febrícula por esta causa, pero apenas dura unas 12 horas.

La succión del pezón por el neonato es clave para provocar estímulos liberadores de endorfinas, oxitocina y prolactina y favorecer así el flujo y eyección láctea. Mientras este estímulo se mantiene constante, no habrá ovulación y, por tanto, no aparecerá la menstruación. En mujeres que no amamantan, la regla aparecerá en los 3 primeros meses de puerperio. Importante vigilar la aparición de inflamación, grietas o mastitis.

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Seguimiento hospitalario

Cuando el parto tiene lugar, durante las 2 primeras horas, la mujer estará junto con su bebé y su acompañante en la sala de dilatación, vigilada por su matrona, examinando que nada salga de la normalidad. Con control de temperatura y tensión arterial, inicio de la lactancia materna con contacto piel con piel, así como la importante vigilancia del sangrado, evitando de este modo la hemorragia posparto.

Si se ha utilizado analgesia epidural, se valorará el movimiento de las piernas y las sensaciones a nivel urinario. Tras 2-3 horas en esta unidad, se pasa a hospitalización.

Mientras transcurre el ingreso hospitalario, se controlan las constantes vitales cada 8 horas, valorándose el estado materno a nivel físico y psicológico. Si ha habido epidural, la primera micción espontánea debe producirse a las 8 horas del parto. Siempre se debe acudir al baño acompañadas.

El control del dolor es importante. Por este motivo, en la mayoría de servicios de maternidad tienen protocolizado los analgésicos que se pueden administrar a las madres, ya sea cesárea o parto vaginal. No afectan a la producción de leche ni interfieren negativamente al recién nacido.

Además, se recomienda iniciar precozmente la deambulación para disminuir el riesgo de la aparición de trombos. En cuanto a higiene, está indicada la ducha diaria (no baño de inmersión), con lavado perineal en dirección vulvoanal, siempre secando muy bien la zona y asegurando los cambios frecuentes de compresa.

A nivel psicológico, más de un 80% de mujeres sufren lo que se conoce como “baby blues”, que se soluciona espontáneamente la mayoría de las veces al séptimo día posparto. Consiste en labilidad emocional e irritabilidad con llanto, con trastornos del sueño y del apetito. Su aparición es común y se suele resolver espontáneamente con educación y apoyo.

Tras la estancia hospitalaria, se procede al alta domiciliaria, con control por parte de la matrona de atención primaria. Los motivos por los cuales se podría precisar consulta urgente: loquios malolientes, fiebre mayor a 38º, hemorragia abundante, dolor excesivo en sutura… así como cualquier situación que cause dolor, angustia e incertidumbre a la madre.

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Apoyo en casa

Ya en el domicilio, se podrá disfrutar de una mayor tranquilidad e intimidad, proporcionada por el propio hogar. La matrona realizará una llamada telefónica a las 24 horas del alta y concertará una cita para valoración madre-bebé a las 72 horas, aproximadamente. En esa consulta, se realizará una valoración integral del estado general de la mujer, se resolverán dudas y se evaluará la adaptación correcta al nuevo papel de madre, la implicación de la pareja y del entorno familiar, así como el fomento del autocuidado, hábitos de alimentación y sueño, anticoncepción en posparto, entre otras cuestiones.

Nuestra función como profesionales es ayudar a no idealizar la maternidad y de la mano, no hacer sentir miedos innecesarios. El posparto, a pesar de ser un momento feliz para la vida de la mujer, es duro tanto a nivel físico como emocional, y ayuda mucho a las madres, darles un enfoque realista.

En el desarrollo de la gestación, el cuerpo cambia cada día, pero en el posparto es todo mucho más rápido, el paso de los días, las semanas y las noches sin dormir. Clave para afrontar esta etapa con alegría es comer bien y dormir cuando el bebé duerma. Lo demás ya se hará, aprovechando las visitas útiles y comunicar mucho para que la vida en pareja se vea lo menos dañada posible.

Sentirse plena y feliz con todo lo creado. Esa mezcla de empoderamiento con leve vulnerabilidad, sentir ese infinito e incondicional amor a esa persona tan pequeña a la que acabas de dar la vida. No es un cuento de hadas, es la realidad, que siempre supera a la ficción. ¡Disfrútalo!

cristina fernández matrona

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